El primer problema al que se enfrenta un aspirante a filatelista es decidir si coleccionar sellos nuevos o usados. Sea cual sea la decisión, es necesario tener presente ante todo, que deben estar separados los nuevos de los usados.

SELLOS NUEVOS

Los sellos nuevos son ejemplares que no han sido utilizados para el servicio postal. No tienen matasellos ni timbre que lo anule. Además, no es suficiente el afirmar que un sello es nuevo por el único motivo de no estar timbrado, debe de poseer algunas características (frescura, buena conservación, intacto engomado, dentado original, etc.)

SELLOS USADOS

Los sellos usados en cambio, son ejemplares anulados con una marca postal. En los inicios de la filatelia existía preferencia hacia los sellos usados, considerados comercialmente más valiosos que los nuevos; actualmente, es todo lo contrario y generalmente los sellos nuevos multiplican unas cuantas veces la cotización de los sellos usados.

QUÉ COLECCIONAR

En la actualidad, los sellos usados no pueden considerarse rarezas y es que el tráfico postal desde la emisión del primer sello, ha conseguido dimensiones asombrosas. El mayor valor comercial lo representan los ejemplares nuevos. No obstante, el factor determinante del precio en el mercado filatélico viene dado por la rareza. Esta rareza depende de numerosos factores: La duración del curso postal del sello, la tirada de la emisión (es decir, el número de ejemplares puesto en circulación), las eventuales destrucciones aún oficiales de ciertas series, etc.

Toda persona que desee iniciarse en el mundo de la filatelia se encontrará ante la disyuntiva de una colección de sellos nuevos o usados. La decisión final puede basarse en el gusto personal, con una evaluación exclusivamente estética; en ese caso se inclinará por una colección de sellos nuevos, o bien puede dirigir la colección a los sellos usados, más asequibles.