El color de los sellos no siempre es al azar. En el servicio de correspondencia internacional los colores varían según su uso. Inicialmente, la Unión Postal Universal adoptó el color azul oscuro para los sellos destinados al franqueo de cartas simples, el rojo para las tarjetas postales y el verde para la tarifa de la Prensa. Actualmente estas disposiciones se han suprimido y los colores se suelen utilizar para distinguir los ejemplares según los diferentes valores. A veces, un mismo valor puede adquirir diferentes tonos hasta el punto de ser considerado una excepción, de gran valor filatélico.

El primer sello del mundo, el Black Penny fue impreso en negro, también numerosas emisiones de los inicios de la filatelia. Lo más usual es que sea el color predominante el que se indica en los catálogos de sellos y, cuando los sellos presentan varios colores, se hace referencia a la tonalidad según la disposición desde el borde del sello hacia el centro. Es muy común encontrar en el fondo de los sellos diversos trazos, tal como vemos en el papel moneda. Conviene destacar el sistema empleado por el grabador Giuseppe Masini, cuando en 1858 realizó la primera emisión de sellos napolitanos. En cada uno de los valores grabó en la parte inferior del sello, una de las letras de su nombre. Estos sellos, fueron impresos en un sólo color para evitar que se pudiese formar la bandera borbónica combinando diferentes valores.